2009/12/12

Oposiciones

Por J. M. Pasquini Durán

No hubo error ni hubo exceso cuando Macri decidió confiarles la seguridad de la ciudad a Fino Palacios y Chamorro. Tampoco lo hubo con Abel Posse, elegido para sustituir a Narodowski en Educación. A cuenta del jefe hay que decir que intentó con otros candidatos para esta sucesión, todos de derecha, pero ninguno aceptó o cumplió los requisitos. Pocos, muy pocos, andan por el país elogiando con el mismo énfasis del ex embajador a la última dictadura militar del siglo XX y tratando de filtrar los objetivos represivos del terrorismo de Estado entre los pliegues, defectos y decepciones de la democracia. Pese a ser miembro de una minoría sectaria de derecha, Posse no está solo: hay poderosos medios que lo alaban y un sector de la población al que le gusta lo que dice. Por sus dichos y hechos, Macri está más cerca de Posse que de Narodowski, se merecen mutuamente, pero a lo mejor, para bienaventuranza de la democracia, la irradiación de estas opciones terminarán por alejar a los demócratas y progres del antiperonismo que, al votar, sólo vieron al joven presidente de Boca Juniors, millonario por herencia, y creyeron que sus aptitudes lo habilitaban para reemplazar a los políticos profesionales. Olvidaron preguntarse cuáles eran las ideas de este rico joven, que ahora aparecen sin disimulo entre la parla culta de su flamante ministro. Si fuera por el nuevo titular de Educación en la Ciudad, habría que ilegalizar a los sindicatos, los docentes en primer lugar, encarcelar a sus dirigentes por polución ambiental, arrancar los aros de las orejas masculinas y prohibir el rock que pudre la cabeza de los jóvenes. ¿Tendrá algo para comentar Gabriela Michetti, el “lado humano del PRO”, como se decía en la campaña?

Nota completa en:

http://www.elortiba.org/notatapa8.html


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